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26 marzo 2013

Mini-tortilla de espárragos trigueros con jamón.

En primer lugar, he de decir que mi madre tiene mucho arte para hacer las tortillas de papas (con cebolla, por supuesto; eso no tiene discusión) y para darles la vuelta a pesar de ser enormes y gordas, muy gordas.

Pero, lamentablemente, mis bracitos no dan para tanto y siempre que intentaba darle la vuelta a la tortilla no podía con la sartén y, si necesitaba las dos manos para levantar la sartén... con qué sujetaba el plato? Como odio tener más trastos en casa y las dobles sartenes no me dan mucha confianza... decidí inspirarme en la nouvelle cuissine para hacer "evolución de tortilla". Lo que viene a ser tortilla rota porque no se ha dado bien la vuelta o porque se ha pegado en la sartén.

Después decidí que mejor adaptaba la tortilla a mis obvias limitaciones. Si no puedo con una tortilla grande, de la que nos comeremos media... pues hago dos pequeñas y listo. Sí, una gran bombilla se encendió en mi cabeza y lo ví todo claro. Mini-tortillas y una por persona. La cantidad perfecta para raciones y así, si te gusta más cuajada, o menos, que a mí,  no vamos a comer a disgusto. Cada una a la medida del comensal.

Lo malo es que nunca sobra para el día siguiente.

En fin, mi técnica súper elaborada de usar una sartén pequeña de las de freir huevos y hacer mini-tortillas gorditas es todo un éxito en mi casa y cuando viene gente a comer pongo una a cada lado de la mesa y otra en el centro. Una con cebolla, otra con pimientos y otra simple.

Esta que os muestro en la foto es de espárragos con jamón. No salen en la foto, pero las puntas las hice a la plancha y las puse por encima. Hice la foto antes de ponerle las puntitas.




La cocina es interesante y entretenida. Pero la buena cocina se hace con paciencia y muchos fallos.



Cupcakes de vainilla y bizcocho de plátano.

Hola!!!


Ayer pensaba pasar la tarde-noche después del trabajo en plan vago y no hacer nada... pero no soy así. No me puedo estar quieta y necesitaba animarme un poco, que este tiempo lluvioso me deja muy ploff.

Por eso, me puse a cocinar y a hacer cupcakes de vainilla y el icing de oreo y de vainilla para decorarlas.




Entre manga pastelera y manga pastelera horneaba un bizcocho de plátano (resulta que no tenía yogur natural y, como el de plátano es mi favorito... pues allá que lo eché! Un saber a plátano estupendo y muy natural. Con muy poca azúcar y súper esponjoso. Maravilloso para mojar en el café o en el cola-cao.





En fin, que cuando las cosas no van tan bien como a una le gustaría, hacer bollos distrae y.. ¡comerlos alegra el cuerpecito!!!