Ayer pensaba pasar la tarde-noche después del trabajo en plan vago y no hacer nada... pero no soy así. No me puedo estar quieta y necesitaba animarme un poco, que este tiempo lluvioso me deja muy ploff.
Por eso, me puse a cocinar y a hacer cupcakes de vainilla y el icing de oreo y de vainilla para decorarlas.

En fin, que cuando las cosas no van tan bien como a una le gustaría, hacer bollos distrae y.. ¡comerlos alegra el cuerpecito!!!
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